EL SOL PRINCIPAL FUENTE DE VITAMINA D: ¿CÓMO PREVENIR ENFERMEDADES DEL HUESO EN EL PERIODO DE CONFINAMIENTO?

La falta de vitamina D es la causa más frecuente de enfermedades óseas como la OSTEOMALACIA, y contribuye en buena medida a la aparición y agravamiento de la OSTEOPOROSIS. Esta vitamina, es fundamental en el metabolismo del calcio y su proceso de incorporación al hueso. Si bien, el aporte de calcio se realiza fundamentalmente por la dieta, principalmente con los productos lácteos: leche, queso y yogures…, además de otros con menor contenido, como las legumbres, frutos secos y verduras; la principal fuente de aporte de la vitamina D es la luz solar, siendo muy escaso el papel de la dieta en este sentido.

La OSTEOMALACIA es una enfermedad que se caracteriza por un defecto en la mineralización del hueso, conocida también como RAQUITISMO cuando aparece en la infancia, afectándose en estos casos no sólo el hueso, sino también el cartílago de crecimiento. El proceso de mineralización del hueso, requiere una concentración de calcio y fosfato adecuado, siendo imprescindible un buen aporte de estos minerales por la dieta y la capacidad de la metabolización e incorporación al hueso a la que contribuye la vitamina D. Entre las manifestaciones que se producen en la Osteomalacia, destacan el dolor difuso de los huesos, así como deformidades óseas en los casos graves, así como déficit en crecimiento en los niños.

En cuanto a la OSTEOPOROSIS, se trata de la enfermedad más frecuente del metabolismo óseo, cuya prevalencia aumenta con la edad, sobre todo en las mujeres después de la menopaúsea. Al igual como sucede en la Osteomalacia, la vitamina D, cuya principal fuente son los rayos solares, es fundamental para contribuir a la formación de un hueso fuerte y de buena estructura, que lo haga resistente y disminuya las fracturas denominadas osteoporóticas o por fragilidad ósea: vertebrales, de muñeca o de cadera.

En este tiempo de confinamiento, en la medida de los posible, es muy recomendable la exposición al sol tanto en adultos como en niños, al menos 30 minutos al día; por lo que recomiendo salir a las terrazas o azoteas dentro de vuestro propio domicilio, y al concluir esta etapa, no olvidéis de revisar vuestros huesos.

Un cordial Saludo a todos  y mucho ánimo a todos

Dr. Manuel Romero Jurado