Cervicobraquialgia

Definición

Se denomina así al dolor de origen cervical que provoca dolor y/o limitación en una de las dos extremidades superiores. Puede asociarse también dolor en la región escapular, y en la región anterior del tórax.

La columna cervical es la porción más alta de la columna vertebral, que va desde la base del cráneo hasta la base del cuello. Compuesta por siete vértebras cervicales, denominadas, C1, C2, C3 y así consecutivamente hasta C7.

La anatomía funcional de la columna cervical es extraordinariamente compleja y está integrada no solo por vértebras sino también por estructuras musculares-ligamentosas, ganglios, piel y tejidos blandos y estructuras neurológicas. La lesión de todos o alguno de ellos posibles causas de desarrollar el dolor.

Etiología

Las causas más frecuentes que pueden provocar una cervicobraquialgia en personas sanas:

1. Traumáticas: luxaciones, fracturas, esquinces o desgarros musculares

2. Inflamatorias: en las enfermedades reumáticas, herpes zoster, etc.

3. Degenerativas: artrosis, hernias discales.

4. Neoplásicas, tumorales: tanto primarios, tumores de la región faríngea, base de la lengua; o bien lesiones metastásicas: mieloma, etc.

5. Infecciosas: tuberculosis, empiema cervical, etc.

6. Psicológicas: estados tensos agudos como ansiedad o depresión.

Manifestaciones Clínicas

Los pacientes refieren dolor en la región posterior del cuello, irradiado a uno de los brazos, en ocasiones asociado a dolor en región escapular, puede ser unilateral o bilateral. Se puede acompañar a trastornos de sensibilidad, debilidad muscular, sensaciones de calambres, quemazón, entumecimiento, ardor, frialdad que se extiende a lo largo de los brazos. Además el paciente puede referir cefalea, limitación en la carácter movilización cervical. Toda esta sintomatología mejora con el descanso, calor local, reposo relativo y empeora aumenta con la sobrecarga, al realizar posiciones inadecuadas durante el trabajo o el día a día.

Exploraciones complementarias

La clínica suele ser muy clara, pero debe completarse su diagnóstico con la solicitud de:

– Radiografía simple, proyección antero-posterior y lateral de la columna cervical.

– Resonancia Magnética: permite visualizar de una forma más sensible y específica la presencia de lesiones de estructuras músculo-ligamentosa, a nivel de discos vertebrales y raíces nerviosas.

– Electromiografía: estudio neurofisiológico para poder determinar si existe una lesión neurológica, esta prueba nos permite determinar el nivel, grado de agudeza y tipo de lesión neurológica.

Tratamiento

Debe realizarse un tratamiento precoz para evitar que la lesión se perpetúe o se agudice.

En un primer momento si la lesión es muy grave o invalidante puede ser útil la utilización de un collarín semirígido cervical, pero no debe abusarse de éste, dado que puede enlentecer la curación provocando nuevas contracturas musculares.

Debe pautarse:

– Analgésicos, paracetamol, adolonta, según el grado de dolor, intensidad o tolerancia.

– Antiinflamatorios no esteroideos: pautados bien vía oral en forma de comprimidos, o por vía tópica en forma de cremas o geles.

-Relajantes musculares, que mejoran el descanso nocturno y evita que se provoquen nuevas contracturas musculares.

– Reposo relativo: Implica reducción de las actividades que provoquen el dolor, disminuyendo el tiempo de actividad y la intensidad del esfuerzo.

– Fisioterapia: mediante la aplicación de calor local, ultrasonidos, electroterapia, láser, técnicas de masaje, ondas de choque, realización de ciertos ejercicios y otras técnicas.

– Terapia ocupacional: Es recomendable limitar los movimientos que producen la patología. Un estudio ergonómico del puesto de trabajo para evitar los movimientos repetitivos que provocan la enfermedad, puede ser la clave de su curación.

 

Sociedad Española de Reumatología