4 puntos clave sobre la artrosis de rodilla

La artrosis de rodilla es una enfermedad crónica caracterizada por el deterioro progresivo del cartílago de las rodillas. Este deterioro lleva a la aparición de dolor durante la actividad física, de incapacidad para caminar o para permanecer de pie, así como a una deformidad progresiva de la rodilla.

La artrosis en general es la enfermedad más frecuente en el campo de la Reumatología. De hecho, a partir de los 50 años de edad, casi todo el mundo presenta artrosis en las radiografías, aunque, por fortuna, sólo una pequeña porción presenta síntomas de artrosis. Así pues, es importante distinguir entre las manifestaciones artrósicas en radiologías de la artrosis como enfermedad. 

Causas de la artrosis de rodilla

La salud del cartílago de la articulación, en este caso la rodilla, depende de los condrocitos (células dentro del cartílago) y del hueso subcondral (hueso debajo del cartílago). Cuando estos tienen una alteración, el cartílago se va deteriorando y adelgazando, de modo que pierde sus propiedades de elasticidad y resistencia a la presión. Esta patología está relacionada con el envejecimiento, ya que es muy común entre personas mayores de 50 años.

Existen dos tipos de artrosis de rodilla según su origen:

        Artrosis de rodilla primaria: la causa específica es desconocida, pero hay algunos condicionantes genéticos aún no comprobados que podrían explicar por qué es más fácil que se degenere el cartílago articular a partir de cierta edad.

        Artrosis de rodilla secundaria: se debe a una lesión o anomalía previa de la rodilla, como lesiones de ligamentos, meniscos, hueso articular, sobreesfuerzo sobre la articulación (especialmente en deportistas o personas con obesidad), fracturas óseas intraarticulares, o alteraciones del alineamiento de la rodilla o de la longitud de las piernas.  

Síntomas de la artrosis de rodilla

Al principio, los principales síntomas que se presentan son:

        Dolor tras estar mucho rato de pie o caminando

        Dolor especialmente al hacer actividades como subir y bajar escaleras, andar por terrenos irregulares o levantarse de una silla

A medida que avanza la enfermedad, pueden aparecer otros síntomas:

        Dolor cada vez más temprano al caminar o estar de pie

        Dolor y rigidez al intentar levantarse tras estar un tiempo sentado

        Hinchazón y calentamiento de la rodilla (no se debe confundir con la hinchazón general que aparece cuando se está mucho rato de pie)

        Alteración de la alineación de la rodilla (especialmente metiéndose hacia dentro) 

Diagnóstico de la artrosis de rodilla

La artrosis se diagnostica gracias a una adecuada historia clínica (entrevista con el paciente), una exploración de las articulaciones y la observación de radiografías.

En algunos casos también se necesita extraer el líquido articular acumulado dentro de la rodilla para analizarlo, asegurarse de que sus características propias la artrosis y, sobre todo, descartar enfermedades articulares causadas por cristales microscópicos, ya que pueden tener manifestaciones clínicas parecidas.

Cabe destacar que, tal como se ha mencionado anteriormente, no todas las radiografías con manifestaciones artrósicas significan que el paciente tenga artrosis, por lo que es muy importante llevar a cabo correctamente la entrevista y la exploración física previas.

Factores de riesgo de la artrosis de rodilla

En primer lugar, la obesidad y una mala función muscular pueden empeorar la artrosis de rodilla, evolucionando más rápidamente y con más dolor. Así pues, se recomienda controlar la ingesta de calorías y seguir una dieta mediterránea variada para evitar el sobrepeso.

Otro factor que puede empeorar la enfermedad es hacer ejercicios intensos, como correr o hacer largas caminatas o saltar, ya que acelera la destrucción del cartílago.