La enfermedad Reumática del Anciano

Como el porcentaje de ancianos está aumentando en la población en los últimos años, la prevalencia de las enfermedades crónicas y entre ellas los procesos reumáticos también aumenta. Actualmente se estima que la tasa de población anciana es de alrededor del 25%. La artrosis es la entidad clínica crónica más prevalente entre esta población, siendo una de las causas más importantes de incapacidad entre la población de más de 65 años. Las enfermedades musculoesqueléticas tienen un impacto significativo en el bienestar psicológico y social de una persona. Alteraciones psicológicas, depresión y ansiedad se han asociado con la presencia de artritis y artrosis, así como dolor, limitación de la movilidad y disminución de la calidad de vida.

El dolor, generalmente es el primer síntoma de una enfermedad musculoesquelética en el anciano. Puede presentarse como un aumento en la confusión o un declive funcional.

En cuanto a la medicación prescrita en el anciano debería ser aquella con el perfil más seguro de efectos secundarios. La persona  mayor requiere una vigilancia farmacológica estrecha por varios motivos: las numerosas enfermedades coexistentes en esta población frecuentemente dan lugar a la polimedicación e interacciones medicamentosas y reacciones adversas. Al mismo tiempo, el envejecimiento normal, se asocia a varios cambios en la distribución, metabolismo, excreción y vida media del fármaco.

Las principales enfermedades reumáticas del anciano son las siguientes: artrosis, enfermedades por depósitos de cristales (gota, enfermedades por depósito de pirofosfato cálcico dihidratado, Artritis Reumatoide, Polimialgia Reumática…etc)