El Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es una novedosa herramienta de tratamiento en Reumatología

 

El plasma rico en plaquetas (PRP) es una novedosa herramienta terapéutica de naturaleza autóloga que ha surgido con fuerza en los últimos años debido a mediáticos éxitos terapéuticos en deportistas de élite. Famosos jugadores profesionales de fútbol americano, Tiger Woods o el mismo Rafael Nadal deben, en parte, sus «milagrosas» recuperaciones deportivas al empleo de este enigmático tratamiento bautizado como «fenómeno PRP». 

 

 

El PRP debe su interés terapéutico al papel instrumental deci- sivo de las plaquetas en el proceso de curación y reparación de la herida tisular. Este papel reparador no está relacionado con las plaquetas por sí mismas sino, más bien, con los factores de crecimiento (FC) liberados por sus gránulos, poseedores de múltiples propiedades regeneradoras. La reparación de la herida tisular es un proceso complejo en el que coexisten, secuencial y solapadamente, una gran variedad de funciones celulares como la quimiotaxis, la angiogénesis, la proliferación celular, la formación de matriz extracelular y la «limpieza» macrofágica. Estas funcio- nes forman un complejo entramado en el que clásicamente se distinguen 3 fases relativamente bien diferenciadas: inflamación, proliferación y remodelado. Todos los FC contenidos en el PRP intervienen en alguna de las fases descritas, pero todavía se desconoce con exactitud la totalidad de sus funciones. Se especula con un papel preponderante de algunos de estos, pero es concebible que el protagonismo individual de cada uno varíe en función del tipo de herida tisular (rotura, inflamación, degeneración, etc.) y del tipo de tejido (tendón, músculo, hueso, etc.).

Uso en Tendinitis: la mayor parte de las evidencias preclínicas que apoyan el beneficio del PRP en las tendinopatías se fundamentan en su supuesta capacidad para estimular el proceso de reparación tisular. Los cultivos celulares aportan evidencias de que el PRP interviene en las distintas fases del proceso reparativo. En la fase de inflamación, los FC contenidos en el PRP son capaces de movilizar células inflamatorias circulantes hacia la herida tisular. Igualmente, estimulan los tenoviocitos para secretar colágeno, VEGF y HGF, todos ellos, aceleradores del proceso reparativo. En la fase proliferativa, el PRP es capaz de estimular la proliferación y división de casi todo tipo de células de estirpe mesenquimal (osteoblastos, fibroblastos, tenoviocitos o condrocitos) y, también, de células madre multipotenciales. En la fase final de remodelado, el PRP facilita la maduración del colágeno recién formado y la apoptosis de las células en exceso. En su conjunto, todas estas evidencias implican definitivamente al PRP en el proceso reparativo tisular, pero no aclaran si esta participación se traduce directamente en una aceleración del mismo y, menos aún, si favo- rece una cicatrización más rápida y más eficiente, como proponen algunos autores. Parte de estas incógnitas han podido ser aclaradas gracias a determinados modelos de experimentación animal. En modelos murinos con sección parcial del tendón de Aquiles, el PRP ha demostrado asociarse con una consolidación más rápida del callo tendinoso, la cual también es mecánicamente más eficiente. Parte de este efecto se podría deber a su capacidad para acumular células circulantes proinflamatorias en la herida tendinosa. En músculo, también algunos modelos han coincidido en observar un beneficio del PRP en el proceso reparativo miofibrilar. 

Reumatol Clin. 2013;09:166-71.